
Responsabilidad Social de las Empresas… ¿una leyenda urbana?
Expansión
En una situación como la que enfrentamos en estos momentos, además de la salud y la economía, se sacuden las prioridades y con ellas, las estrategias, señala Lilia Patricia López-Vázquez.
En el momento en que la pandemia llegó a México, se hizo evidente que la crisis sanitaria derivaría en una crisis económica sin precedentes y ante la falta de una política pública clara y sostenible en ambos casos, se desató un “sálvese quien pueda” entre los actores económicos del país.
Los primeros cuestionamientos hacia las medidas tomadas en las empresas para contener costos en la búsqueda de su permanencia en el mercado fueron sobre su responsabilidad con la sociedad.
Desafortunadamente, la responsabilidad social de las empresas sigue siendo solo un concepto que cada quien comprende y adopta según su mejor entender y permanece como un lineamiento de adhesión voluntaria.
Hay empresas que por el simple hecho de cumplir con las obligaciones mínimas de ley con sus trabajadores y pagar algo de impuestos se consideran así mismas socialmente responsables, como si no operar de manera ilegal fuera un mérito.
Otras más tienen tibias iniciativas de uso de materiales de empaque biodegradables, pero no atienden de manera integral la sustentabilidad de sus procesos productivos o bien, ignoran su impacto social.
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Las certificaciones y distintivos resultan un incentivo comercial para sumarse a este tipo de iniciativas, tanto porque estimulan la buena reputación entre los consumidores como por abrir la posibilidad de integrarse a cadenas productivas de mayor escala, las cuales reciben mayor presión social para actuar de manera responsable.
Y el primer reclamo es justo ese: la mercantilización disfrazada de buena voluntad. Justo ahí es donde empieza el escepticismo, ¿realmente las empresas socialmente responsables existen o son solo una leyenda urbana?
Para entender la posición de las empresas respecto a la responsabilidad social nos sirve hacer una traspolación de la pirámide de necesidades de Maslow a las organizaciones. La responsabilidad social, en su forma de reputación positiva es una aspiración de la empresa que surge una vez que logra el nivel de estatus o de reconocimiento social, es decir, después de que la empresa haya garantizado su operación diaria y su subsistencia en el mediano plazo, además de lograr un posicionamiento en la mente y el presupuesto de sus consumidores.